Eduardo Galeano, autor de As Veias Abertas da América
Latina, em entrevista no Programa Sangue Latino, do Canal Brasil.
Biografia (en español, claro!):
Eduardo Germán Hughes Galeano, nace en Montevideo el 3
de septiembre de 1940. En él conviven el periodismo, el ensayo y la narrativa,
siendo ante todo un cronista de su tiempo, certero y valiente, que ha retratado
con agudeza la sociedad contemporánea, penetrando en sus lacras y en sus
fantasmas cotidianos. Lo periodístico vertebra su obra de manera prioritaria.
De tal modo que no es posible escindir su labor literaria de su faceta como
periodista comprometido.
En sus inicios fue redactor jefe de la prestigiosa
revista Marcha (1960-64), publicación que durante décadas dio cobijo a
las voces más interesantes de las letras uruguayas y que terminó siendo
silenciada en 1974 por la dictadura. En el año 1964 Galeano es director del
diario Época. En 1973 Galeano tuvo que exiliarse a Argentina en donde
funda y dirige una revista literaria titulada Crisis, en la que también
destaca la labor del poeta Juan Gelman.
Sus primeros escritos son reportajes de corte político
en los que la realidad aparece continuamente golpeada por las circunstancias.
Tanto el reportaje titulado "China" (1964) como "Crónica
de un desafío", del mismo año, o "Guatemala, un país ocupado"
(1967) reflejan una escritura de urgencia, de denuncia, que retrata la
cotidianeidad de unos tiempos difíciles con una escritura situada siempre en
primera línea de los hechos que vertebran el presente. Con "Las venas
abiertas de América latina" (1971), explicativo título, logró su obra
más popular y citada, condenando la opresión de un continente a través de
páginas brutalmente esclarecedoras que se sumergen en la amargura creciente y
endémica de América Latina. Esta obra ha sido traducida a dieciocho idiomas y
mereció encendidos elogios desde diversos sectores.
Junto al Galeano periodista empieza a aparecer el
Galeano narrador que prolonga en sus obras su visión de América Latina. De la
novela corta "Los días siguientes" (1963) a los relatos
contenidos en "Vagamundo" (1973) pasan diez años pero se
mantiene una misma percepción de las cosas, continuada en "La canción
de nosotros" que merecío el premio Casa de las Américas de
1975. En Galeano el contexto político y social no puede eludirse y es el marco
central en el que transitan sus historias. "Días y noches de amor y de
guerra" (1978) se enmarca en los difíciles días de la dictadura en
Argentina y Uruguay.
Con la "Memoria del fuego" hay una
recuperación del pasado indigenista. Esta obra narra la odisea de las dos
Américas, centrándose en los hechos más cotidianos, componiendo una trilogía
febril e incisiva, apoyada en la rigurosidad de las fuentes y en la que se
entrecruzan crónicas históricas con pinceladas del presente, siempre en busca
de un futuro más justo. De aquella trilogía histórica formaban parte "Los
nacimientos" (1982), "Las caras y las máscaras"
(1984) y "El siglo del viento" (1986). En los tres libros hay
un mismo objetivo y como dice el periodista italiano Gianni Miná, una voz
incisiva y militante que trata de impedir que se olvide la tragedia que asola a
quienes viven en el más completo subdesarrollo.
Un año antes de la publicación de "El siglo
del viento" y una vez terminada la dictadura uruguaya regresa a
Montevideo. Tres años después firma "El libro de los abrazos",
de contenido más sutil y poético. El propio Galeano definiría de este modo la
raíz de esta obra: "Creo que un autor al escribir abraza a los demás. Y
éste es un libro sobre los vínculos con los demás, los nexos que la memoria ha
conservado, vínculos de amor, solidaridad. Historias verdaderas vividas por mí
y por mis amigos, y como mi memoria está llena de tantas personas, es al mismo
tiempo un libro de "muchos"... Es un equívoco que ha fragmentado los
lazos de solidaridad, que ha condenado a este mundo de finales de siglo a tener
hambre de abrazos, a padecer de soledad, el peor tipo de soledad: la soledad en
compañía. Es el mismo proceso que se manifiesta con la pobreza".
El
mismo año de "El libro de los abrazos" aparece "Nosotros
decimos no". En 1992 publica "Ser como ellos y otros
artículos" y un año después "Las palabras andantes",
recopilación de cuentos y reflexiones ilustrados por el artista brasileño José
Francisco Borges. El propósito de Galeano en los 90 sigue siendo el mismo que
le había impulsado en las otras décadas. Palpar la realidad y luego derramarla
en un libro. Como respiro, muestra su pasión por el fútbol y lo reivindica
desde la literatura, al modo que también hará Javier Marías, en un libro titulado
"El fútbol a sol y sombra".
En 1998
Galeano ofrece en "Patas arriba. La escuela del mundo al revés",
otro de esos libros de denuncia que no edulcoran el presente ni rehuyen de sus
sombras.
La voz de Galeano suena clara en el marasmo de
intereses e injusticias cotidianas. Más allá de una obra literariamente sólida,
está la figura del cronista que persigue injusticias, que conjura temores, que
rescata del abismo personajes e historias postergadas.
La
obra de Eduardo Galeano nos convoca a mirar qué pasado hemos levantado y qué
futuro estamos dejando para nuestros descendientes. Establece un frente común
contra la pobreza, la miseria moral y material, la hipocresía de un mundo que
sigue abriendo cada vez más distancias entre los que tienen y los que no
tienen. Lo demagógico puede ser un riesgo inevitable en este tipo de
propuestas, pero Galeano la salva con un estilo conciso, brillante y, sobre
todas las cosas, necesario. En Eduardo Galeano hay un compromiso constante con
el ser humano y sobre todo una fidelidad a unas ideas que condenan el
neoliberalismo y que siguen apostando por un socialismo real, no de andar por
casa, y que de alguna forma recupere el pulso perdido, lejos del presente en el
que el hombre es visto como una mercancía y en el que parece que no hay lugar
para las utopias.
Entrevista emocionante. Não tenho palavras. No entanto sou capaz dizer que um dos pontos altos, de todos os picos, foi o seguinte comentário: "(...) a la orilla del agua, y asi me ahorro una fortuna em psicoanálisis". Maravilhoso e para muitos, profundamente verdadeiro. Obrigado, Galeano.
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